Otro plato imprescindible de La cocina de Mari, presente el Viernes Santo en multitud de hogares de Carazo, de Burgos, y me imagino que de un montón de lugares de nuestra geografía.
Está rico en cualquier momento, me apetecía prepararlo y comerlo, hacía un montón de tiempo que no lo habíamos comido. Estaba estupendo.
Un secreto, cuanto mejor sea el bacalao, mejor sabrá.
Ingredientes:
- Bacalao salado, yo suelo comprar lomos, no demasiado gruesos, pero tampoco finos, un término medio. Eso si, deben ser de buena calidad.
- Aceite de oliva.
- Harina.
- Sal.
- Pimienta.
- Pimentón.
- Tomate.
- Cebolla.
- Ajo.
- Perejil.
- Pimientos choriceros.
Preparación:
- Ponemos en remojo el bacalao, cortado en trozos, durante dos días. Lo cambiamos el agua cada ocho horas, más o menos. Sacamos del agua y escurrimos.
- Enharinamos levemente los trozos.
- Freímos, poco, el bacalao por las dos caras y lo vamos colocando en una cazuela con el fondo amplio, la piel hacia arriba.
- En el mismo aceite, rehogamos la cebolla picada finamente. Cuando esté blanda agregamos el tomate, una vez bien hecho añadimos un poco pimentón. Removemos y lo vertemos todo a la cazuela. Añadimos también un majado de ajo y perejil, con un poco agua, y un poco de pimienta negra molida.
- Añadimos también la carne de los pimientos choriceros que habremos tenido en remojo.
- Agregamos un poco de agua y dejamos que hierva todo junto durante un par de minutos.
- Y ya está, listo para comer. Riquísimo.
A disfrutar.

Deja un comentario