Si tuviera que elegir el plato español más popular de la gastronomía de este país, me inclinaría por la tortilla de patata. Nada de paella, y menos con la cantidad de fundamentalistas reivindicadores de la esencia de la receta, yo ya solo preparo arroz con cosas, nunca paella.
Pero no dejo de cocinar tortilla de patata, aunque menos de lo que me gustaría.
Por supuesto, este plato también pertenece a La cocina de Mari. Además, sera muy divertido ver a mi madre y mi marido preparando la tortilla todos los viernes cuando íbamos a Burgos a ver a mis padres.
Cada cocinilla tenemos nuestra manera de prepararla. Me gusta sin cebolla y sin cuajar en exceso, aunque no para tomarla con cuchara, que parece ser la última moda, al final queda deconstruida para tomarla en copa de cóctel. Diseño total, en resumen, se te ha despachurrado y la has aprovechado como has podido. Mejor, imposible.
Su historia es larga y entretenida, y debemos a América la mitad del plato.
Más información:
Ingredientes:
- Patatas.
- Huevos.
- Sal.
- Aceite.
Preparación:
- Pelamos y limpiamos bien las patatas.
- Las cortamos como en medias lunas pequeñas y finitas. Salamos.
- Ponemos una sartén con abundante aceite a calentar a fuego medio-alto, tampoco excesivamente fuerte para que las patatas no se arrebaten.
- Cuando el aceite haya alcanzado temperatura echamos las patatas.
- Vamos moviendo de vez en cuando para que se hagan bien y no se apelmacen.
- Una vez que las patatas estén tiernas, no crujientes, las escurrimos bien y las ponemos en papel absorbente.
- Mientras hemos frito las patatas habremos batido en una fuente honda los huevos necesarios. Yo suelo poner seis huevos para cuatro patatas medianas. Me gusta que tenga huevo.
- Cuando las patatas estén escurridas las echamos sobre los huevos batidos y mezclamos bien todo.
- En la sartén que vayamos a hacer la tortilla ponemos un poco de aceite, no mucho y calentamos. Lo mismo que antes, fuego medio-alto.
- Agregamos el huevo con las patatas. Extendemos bien. Dejamos que se vaya cuajando poco a poco. Cuando la capa en contacto con la sartén esté cuajada damos la vuelta a la tortilla con ayuda de una fuente llana grande. Cuajamos ahora por el otro lado.
- Ahora depende del gusto de cada uno. En casa no nos gusta excesivamente compacta con lo cual para nosotros está así bien. Al que le guste sin jugo de huevo, pues nada a dar más vueltas a la tortilla hasta que quede sin nada líquido.
A comer.
Mejor imposible.
A disfrutar.

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