Los palomares son construcciones habituales y populares en estos campos de nuestra Castilla y León. Antaño cumplían una función en la economía rural que era de servir de criadero de pichones para abastecer a la familia y también, en algunos casos, obtener algunos ingresos extra. Además, el palomino se utilizaba como abono. Así que todo se aprovechaba.
Hoy día son meramente decorativos, los que se mantienen en pie, que son más bien pocos.
Excepcionalmente, en algunas comarcas, como en Tierra de Campos, albergan palomas para la cría de pichones, que sirven, en los restaurantes de la zona y también en algunas ciudades, estofados y de alguna otra forma novedosa. Constituyen un plato exquisito.
La forma y la construcción son muy variadas, los hay redondos, cuadrados, blancos, rojizos, ocres, austeros, barrocos. Todos contribuyen a la decoración de los campos de cereal.
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