La flamenquilla era una flor habitual en el patio de mis abuelos. Casi parecía una mala hierba. Resulta que es una planta bastante apreciada que todo el mundo, o casi todo, conoce como caléndula.
Así que el primer año de nuestra casa con jardín, decidí traer unas semillas de las flamenquillas de Carazo y cultivarlas aquí.
Se dieron bastante bien, y con ellas, millones de pulgones, así que no las he vuelto a plantar. No sé, tal vez algún año me decida a repetir.

Deja un comentario