Estos últimos años, ponemos en casa tres árboles de Navidad. Uno pequeñito en la entrada. Otro mediano en el despacho, era el de mis padres. El último, algo más lucido en el salón, que aunque tiene más de 20 años, resiste montaje y desmontaje y sigue soportando luces, adornos y lazos.





Deja un comentario